Demasiadas razones para escribir, sin la intención de hacerlo.
Recuerdos.
Son sin duda alguna la razón por la que estamos hoy aqui. Se nos presenta un mundo maravilloso, que hemos de transitar solo por nuestros recuerdos. El primer llanto no fue mas que un acto reflejo; a partir de entonces se recorre un camino donde cada lágrima está precedida de un sentimiento, contiene un momento y perdura en el tiempo.
... Vivimos para recordar, no existen recuerdos cuando no se ha nacido y cuando la misma vida nos despoja de ellos, pone a prueba nuestra capacidad para aferrarnos a éste lugar; entonces se camina sin andar.
A la hora de partir, solo se nos permite ingresar al cielo con un tipo de equipaje: recuerdos... y nos hacemos inmortales, en las memorias de ésas personas a las que regalamos mil momentos dignos de ser recordados. Solo cuando se vive intensamente se muere en paz, la muerte no es mas que una transformación, y vivir es la única forma de probar que no fue en vano.
En momentos de extrema vulnerabilidad, solo se me ocurre rezar... Amar a Dios por sobre todas las cosas es la elegía de corazones rotos, que albergan sonrisas, lágrimas, lecciones y que al final del día... Son solo corazones imaginarios, aún cuando nadie los ve, extrañan, sienten y recuerdan...
Las metáforas embellecen...
en ésta publicación sobran.
Descansa en paz tía, porque eres el mas hermoso recuerdo de éstos corazones imaginarios.
....Con amor, María Angel Milano Narváez.
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